Día 30 de abril de 1.972.
A mi llegada a las Navas de San Juan, en la noche anterior, después de la media noche, mi futura suegra me asignó una habitación dentro de su casa, donde iba a pernotar durante mi estancia en el pueblo. Me acomodé en ella y me dispuse a descansar. Casi no pude lograrlo. No conseguía conciliar el sueño. Todo un cúmulo de sensaciones e ideas me dominaban, sin poder luchar contra ellas a fin de evitarlas... Tal vez ya próximo al alba, debí de rendirme sin apenas percatarme de ello, puesto que mi cerebro se encontraba relajado y descansaba. Repentinamente, una fuerte sensación de ansia me sacudió todo mi ser... Ver más
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